AgroFresh Xperience: The Academy Chile 2025

Ciencia, innovación y colaboración al servicio del futuro de la industria frutícola chilena
Con más de cuatrocientas personas reunidas en el Centro de Eventos Monticello, AgroFresh Xperience Chile 2025 – The Academy se consolidó como uno de los principales encuentros del sector frutícola nacional, promoviendo la innovación, la tecnología y la sostenibilidad como pilares del desarrollo futuro de la industria.
Durante la jornada, productores, exportadores, asesores, académicos y líderes gremiales participaron en una serie de paneles y conferencias donde se abordaron los desafíos técnicos, económicos, climáticos y comerciales que enfrenta la fruticultura chilena ante los nuevos escenarios globales.
Una mirada estratégica al futuro del sector
La apertura del encuentro estuvo a cargo de Fernando Balart, Gerente de Marketing LATAM de AgroFresh, quien moderó el bloque “Panorama de la Fruticultura Chilena y Expectativas para la Temporada 2025-26”. En este espacio participaron tres referentes de la industria nacional: Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile; Víctor Catán, presidente de Fedefruta; y Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.
Iván Marambio destacó el peso estructural de la fruticultura en la economía nacional, subrayando que el sector genera un impacto económico superior a US$ 27.800 millones anuales, equivalente al 63% del PIB silvoagropecuario-forestal. Más allá de su contribución económica, enfatizó que la fruta chilena es “una fuente de desarrollo y cohesión territorial”, dado que el 75% del impacto económico del sector se distribuye fuera de la Región Metropolitana, consolidando su rol descentralizador y su vínculo con el empleo regional. También abordó los desafíos de agua, energía y sostenibilidad, por lo que el desarrollo de infraestructura hídrica, desalación y energía renovable será clave para el crecimiento sustentable.
Por su parte, Víctor Catán centró su presentación en los factores estructurales que limitan la competitividad, desde la escasez de mano de obra y el aumento de la inseguridad rural, hasta la falta de políticas públicas de largo plazo. Subrayó que la fruticultura chilena moviliza más de 1,5 millones de empleos directos e indirectos, y que el futuro del sector requiere asociatividad, acceso a financiamiento y adopción tecnológica. Catán advirtió que “Chile necesita una política frutícola de Estado, con estabilidad normativa y visión de largo plazo”, enfatizando la urgencia de “acortar los tiempos de aprobación de obras de riego”.
Finalmente, Manuel José Alcaíno presentó las perspectivas de los tres principales rubros de exportación — cerezas, uvas y manzanas—. Proyectó una temporada 2025-2026 positiva, con incrementos entre 6% y 10% en volúmenes exportados, gracias a un calendario más favorable —el Año Nuevo Chino 2026 (17 de febrero) permitirá descongestionar la oferta— y a un mayor alineamiento de la industria en términos de calidad y coordinación logística.
Alcaíno destacó la necesidad de diversificar mercados, mejorar la regulación de las cargas tempranas y fortalecer la gestión postcosecha, especialmente en cerezas y uvas, para mantener la competitividad frente a otros actores del hemisferio sur.
Postcosecha y agroclima: ciencia aplicada para un futuro resiliente
El segundo bloque, “Postcosecha y Agroclima: Desafíos y Estrategias para el Futuro de la Industria”, fue moderado por Claudio Moreno, Director de Investigación y Desarrollo LATAM de AgroFresh, y reunió a destacados expertos como Leonel Fernández (FDF), Carlos Tapia (AVIUM) y el Dr. Juan Pablo Zoffoli (PUC).
Carlos Tapia, asesor especialista en producción de cerezas y director técnico de AVIUM, compartió su análisis sobre los nuevos desafíos de la industria cerecera. En su exposición “Hoja de Ruta para el Nuevo Escenario de la Industria de la Cereza”, Tapia advirtió que la sustentabilidad y rentabilidad futura del rubro dependerán de cómo el productor comprenda el valor de la calidad más allá de la productividad. Explicó que, desde la mirada del consumidor final, “la calidad es el eje central del negocio”, la cual se sustenta en atributos como el contenido nutricional, el nivel de azúcar y la materia seca. Añadió que estos factores están directamente relacionados con los manejos culturales y la visión técnica del productor sobre su potencial productivo, subrayando que el desafío actual es alinear la estrategia comercial y agronómica para entregar fruta consistente, con identidad y valor agregado en destino.
A continuación, el Dr. Juan Pablo Zoffoli, investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile y referente en fisiología y tecnología postcosecha, profundizó en los factores críticos que determinan la calidad exportable de las cerezas chilenas. Destacó que el éxito del rubro depende de una cosecha en el momento óptimo de madurez, cuando el fruto está firme y turgente, evitando sobremadurez y daños mecánicos.
Zoffoli enfatizó la importancia del manejo térmico postcosecha, el control de daños en la manipulación y la capacitación de la mano de obra para reducir pérdidas invisibles que solo se evidencian en destino. Asimismo, subrayó la segregación por apariencia —color, pedicelo y calibre— como un factor determinante para mantener el valor comercial, y destacó el rol creciente de las herramientas tecnológicas de monitoreo y medición no destructiva, capaces de evaluar azúcar y firmeza en tiempo real. “Cada punto de calidad que se gana en origen —explicó— representa valor agregado en destino. La tecnología y la formación del capital humano son los pilares para mantener el liderazgo chileno en cerezas de exportación”.
A su vez Leonel Fernández, jefe del área agroclimática de FDF, presentó un completo diagnóstico estacional 2025-2026, destacando que el país enfrenta un escenario de alta variabilidad térmica y pluviométrica. Informó que regiones como O’Higgins, Maule y Ñuble registraron temperaturas invernales bajo el promedio histórico, pero con adelantos fenológicos de entre 7 y 12 días en distintas especies frutales, producto del aumento acumulado de grados día base 10°C y la transición hacia condiciones de La Niña (71% de probabilidad entre octubre y diciembre de 2025). Advirtió que estos cambios podrían generar floraciones desordenadas, mayor presión de plagas y efectos en la sincronía de polinización, por lo que enfatizó la necesidad de monitoreo permanente, gestión hídrica por cuenca y uso de modelos predictivos para la planificación de cosecha y postcosecha.
Estrategias, innovación y eficacia técnica para un futuro competitivo
El bloque de la tarde, titulado “Estrategias, innovación y eficacia técnica para un futuro competitivo”, fue moderado por Andrés González, Gerente Comercial de Chile para AgroFresh, y contó con la participación de Óscar “Coco” Salgado y Claudio Moreno, quienes abordaron la competitividad global de la fruta chilena desde la perspectiva técnica y de mercado.
Óscar Salgado, reconocido consultor internacional y especialista en el mercado de la uva de mesa, presentó un panorama global marcado por la incertidumbre económica, climática y geopolítica, destacando que el futuro del negocio dependerá de controlar los factores que sí pueden gestionarse: la calidad, la eficiencia y la innovación. Salgado subrayó que “la palabra que define este tiempo es incertidumbre, y frente a ella hay solo dos caminos: salir del negocio o invertir con estrategia para permanecer en él”.
En su análisis, señaló que la oferta mundial de uva de mesa se ha desplazado fuertemente hacia el hemisferio norte, con países como India y China avanzando hacia una producción y abastecimiento de 52 semanas al año, mientras Perú ha ganado espacio estructural en los mercados internacionales, superando a Chile en volúmenes exportados y consolidándose como el principal proveedor global.
También advirtió sobre la necesidad de redefinir el modelo productivo chileno, enfocándolo hacia la resiliencia y la mejora continua, con una gestión agrícola más profesional, orientada a la calidad y la rentabilidad, no solo al volumen. “El negocio de la uva de mesa —afirmó— debe pasar de ser artesanal a industrial, sin perder su esencia: producir fruta uniforme, consistente y confiable”.
Salgado insistió en la importancia de la disciplina operativa, la planificación de cosecha y la gestión de calidad como pilares para competir en mercados maduros como Estados Unidos y Europa, donde la sostenibilidad, la trazabilidad y la inocuidad ya son requisitos básicos y no ventajas competitivas. Finalmente, hizo un llamado a la industria a “enamorarse del problema y no de la solución”, para reforzar la idea de que la verdadera innovación parte de comprender los desafíos estructurales antes de diseñar herramientas o tecnologías.
Por su parte, Claudio Moreno profundizó en las tendencias globales de innovación postcosecha, destacando que la demanda mundial de fruta fresca alcanzará los 629 millones de toneladas en 2025, impulsada por consumidores que exigen calidad, sostenibilidad y trazabilidad total. Señaló que el mercado global de tratamientos postcosecha —valorado en US$ 1.500 millones en 2022— crecerá más de 7% anual hacia 2027, impulsado por tecnologías naturales y biológicas.
Moreno enfatizó que la ciencia aplicada y la innovación tecnológica son claves para reducir pérdidas y extender la vida útil de los productos, destacando el rol de soluciones como SmartFresh™, Harvista™ y NatuWrap™ en la optimización de la calidad y la rentabilidad. “Hoy el desafío es conectar ciencia y sustentabilidad —afirmó—, porque la pérdida alimentaria ya supera el 30% de la producción mundial y la postcosecha puede ser parte de la solución”.
Perspectivas de calidad y comercio internacional: voces del panel
La jornada culminó con el panel “Perspectivas de Calidad, Postcosecha y Comercio Internacional”, moderado por Fernando Balart y Andrés González, que reunió a Miguel Canala-Echeverría (Frutas de Chile), Andro Vidal (Subsole), Pamela Donoso (Dole), José Monasterio (Frusan), Álvaro Ǫuilodrán (consultor) y Diana Laborie (Hortifrut).
Durante el diálogo se abordaron los principales retos y oportunidades del sector, destacando temas como:
- La presión de los mercados internacionales y el endurecimiento de las normativas de residuos en Europa, que exige fortalecer la trazabilidad y la coordinación con autoridades sanitarias.
- La pérdida de competitividad frente a Perú y Sudáfrica, que impulsa a Chile a reforzar su propuesta de valor basada en la calidad, la consistencia y la sustentabilidad.
- El recambio varietal y la innovación tecnológica en manzanas, cerezas y arándanos como motor para mantener la posición en mercados premium.
- La digitalización y los sistemas de gestión de datos como herramientas clave para anticipar riesgos logísticos y asegurar la calidad en destino.
- El equilibrio entre volumen y calidad, resaltando que la rentabilidad de largo plazo depende de la consistencia y la diferenciación del producto.
En la ronda final, los panelistas coincidieron en que el futuro del sector dependerá de la colaboración intersectorial, la adopción de tecnología y la sostenibilidad como principio transversal. “Estamos frente a una industria que debe reinventarse con visión, datos y colaboración”, resumió Miguel Canala-Echeverría, al cierre de la jornada.
Compromiso con la innovación sostenible
Con esta edición, AgroFresh Xperience Chile 2025 reafirma su compromiso con el desarrollo sustentable de la fruticultura chilena, impulsando soluciones científicas y tecnológicas que respondan a las necesidades reales del campo y promuevan una agricultura más eficiente, colaborativa y preparada para el futuro.